EL SEÑOR TUCÚQUERE

El Tucúquere forma parte de la Familia Strigidae que a su vez pertenece al Orden Strigiformes, familia que comprende a parte importante de los denominados Rapaces Nocturnos, esto es a los Búhos, el Chuncho, el Concón y el Nuco y que está presente en Chile con 6 especies de las 31 que existen en Sudamérica y de las 189 que existen en el planeta, otros dicen que son aproximadamente 134. Este grupo de aves se encuentra presente en todos los continentes, salvo en la Antártica y en algunas islas oceánicas. Los Búhos están íntimamente relacionados con el ser humano y con el folclore de muchas regiones, para los indios de la tribu Arikara, de las grandes praderas norteamericanas, el Búho era un pájaro benévolo, siendo uno de los 5 animales que ayudaban a la Madre Maíz a dar vida a la humanidad. Pero el aspecto mitológico más conocido del Búho es el de su sabiduría, normalmente se le caricaturiza con anteojos y sobrero de licenciado, lo que es un arquetipo extendido por todas las culturas occidentales. Más allá del evidente aspecto intelectual del Búho que le otorgan sus grandes ojos, esta idea la heredamos desde la antigua Grecia, donde era el compañero de la Diosa Atenea, que además de ser la Diosa de la Guerra era la Diosa de la Sabiduría ya que poseía el don de la profecía, por lo cual llegó a ser la patrona de los atenienses puesto que les ayudaba a tomar las decisiones más correctas para la polis. El Tucúquere, indudablemente es una de las aves más importante del bosque chileno y el único de orejas largas por estas latitudes, que son penachos de plumas en la corona que semejan cuernos o más bien orejas triangulares, se cree que quizás estas extrañas orejas lo ayudan a ocultarse al desfigurar su perfil, pienso que las utiliza para tomar así la temible forma de un felino con alas para intimidar a otros depredadores mamíferos. Desde luego, es el Búho más grande que habita en nuestro país, ambos sexos son semejantes, normalmente se le encuentra en pareja, pero también en solitario o en grupo, si bien la hembra es más robusta que el macho, se indica que los penachos de la corona serían más perpendiculares en el macho y más angulados en las hembras. Su presencia se impone en las noches de los campos de Chile, resulta impresionante verlo desplazarse enorme y silencioso en el claro obscuro del crepúsculo, recuerdo cuando niño verlo parado en el sauce del frente de mi casa, me producía cierto temor y respeto, como un sabio y viejo Chamán. Así ocurre también en las demás naciones vecinas, como en Argentina y Bolivia donde se le conoce por el musical nombre de Ñacurutú, de esa forma es conocido en los idiomas Mapudungun, Guaraní y Aimara. Desde hace muy poco, algunos expertos prefirieron tratarlo como una especie distinta del Bubo virginianus, que es el mayor y más fiero de los Búhos americanos, “su grandes ojos amarillos penetrantes y sus penachos prominentes en las orejas, ayudan a crear una apariencia intimidante”. Basándose en Kóning et al (1966) se le distingue por sus voces diferentes, también por el menor tamaño del Bubo magellanicus y además, dicen algunos su pie relativamente más pequeño y débil. En la zona de contacto de ambas especies en el Nor Oeste de Argentina se dice que ambos tienen comportamientos notoriamente diferentes, no así en Perú donde la situación es más compleja, en todo caso, los entendidos todavía no se ponen de acuerdo y es una situación que requiere de más estudio. Rara vez se le observa volando, en tal caso, las alas se ven largas, anchas y redondeadas. Es café grisáceo densamente barreado de obscuro, posee la cabeza grande, tiene el pecho amplio y fuertes garras. Resaltan sus grandes ojos amarillo rodeados por un disco facial pardo grisáceo. Posee y se desplaza en un vuelo silencioso, pues como todos los Búhos evitan hacer ruido al volar, puesto que tienen adaptaciones especiales en las principales plumas de sus alas, donde sus filamentos son independientes y carecen de barbas alternas, de modo que están flojamente unidos. Gracias a esta estructura se filtra un poco de aire a través de ellas y esto produce una capa de aire lento entre las bolsas de aire inmóviles y las rápidas corrientes, reduciendo así la turbulencia y el ruido. Los diseñadores de los aviones modernos han incluido en sus alas estas notables características para reducir el ruido en los aterrizajes y despegues lo que ha beneficiado mucho a los vecinos de los aeropuertos urbanos extendidos por todo el orbe. El tipo de vuelo es batido, entremezclado con planeo, el que casi siempre es rectilíneo. Como vocalización emite un grito profundo que inmediatamente nos recuerda su nombre, suele cantar durante la noche. Emite un sonoro silbido chirriante cuando disputa su territorio o su pareja. En cambio, posado sobre un árbol emite su característico ululato de voz profunda de donde proviene su onomatopéyico nombre Mapudungun Tukuu, se dice en el Pueblo Mapuche que cuando se escucha en la noche, esta voz parece invocar la densa neblina o trukur, después procede a emitir una nota final de carácter gutural y vibrante que es mucho más fuerte. Asociado a la Cordillera de los Andes, es una especie sedentaria, habita en multitud de ambientes y en diversos tipos de bosques y campos más abiertos, por ejemplo en Chile se le encuentra en matorral andino, matorral, oasis, tierras de cultivo, bosque abierto y estepa patagónica, necesita del campos abiertos para cazar y en cambio requiere de refugios en árboles, arbustos y acantilados para descansar durante la luz del día, ocasión en la que es muy tolerante y confiado para aceptar la cercanía del ser humano. Evita los bosques más densos o cerrados quedándose en el límite de ellos o en bosques bajos muy abiertos, por esto en América no se le encuentra en la selva tropical. Esta especie habita desde el centro del Perú, donde se le denomina Búho Americano, hasta el extremo sur de Chile, donde se distribuye desde Tarapacá a Tierra del Fuego, siendo más común en el territorio que corresponde a la porción sur de su rango. Llega incluso hasta el Cabo de Hornos donde recibe el nombre Yagán de Yahutéla. Según una antigua creencia de estos remotos habitantes del sur de Chile, serían cazadores que se convirtieron en Búhos. Dicen 

que en tiempos ancestrales, cuando los pájaros todavía eran seres humanos, un niño Yagán había perdido a su padre y vivía con su madre y un tío. El tío y los demás hombres del campamento nunca le daban buen alimento y este niño se encontraba muy delgado. Un día, al ver a su hijo tan cansado y con hambre, su madre le fabricó un par de kíli o sandalias de cuero, y le dijo que fuera él mismo a cazar guanacos. Después de cruzar una gran montaña cazó muchos de estos animales y trajo uno grande al campamento. Su madre estaba muy contenta y comenzaron a comer enormes trozos de carne. Excepto su madre, nadie creyó que el niño hubiese sido capaz de matar y transportar un guanaco hasta su akar o ruca. Al otro día los hombres incrédulos acompañaron al pequeño al lugar donde este había dejado los otros guanacos muertos. Todos quedaron sorprendidos al ver los animales cazados por el niño y cada yamana cargó uno para llevarlo de regreso al campamento. Sin embargo, cruzando la gran montaña los hombres se cansaban mucho porque los guanacos que trasportaban pesaban sobremanera. Sólo el niño caminaba rápidamente con su carga y regresó con ella temprano al akar donde lo esperaba su madre. En cambio, los hombres egoístas, cansados, avanzaban muy poco. Recién llegaron al campamento tarde en la media noche, sin carga y convertidos en Búhos. Desde ese día los yahutéla se acercan a los akar de los yáganes llamando en la noche tukúkere, tukúkere , … para luego retirarse a sus bosques o ashuna. Este Búho consume principalmente roedores, marsupiales y otros mamíferos pequeños y medianos, incluso se dice que hasta del tamaño de una liebre, además se alimenta de reptiles insectos, atrapa polillas atraídas por las luces, y además aves que captura mientras duermen, también se dice que peces. Es cazador nocturno de acecho. Como los otros Búhos y Rapaces Nocturnos, esta especie consume las presas pequeñas enteras y regurgita las partes indigeribles, como la piel y los huesos en forma de pelotas denominadas egagrópilas (ver artículo Egagrópilas de Las Aves que Viven en Chile, enlace al final de este artículo). En el extremo austral y en el altiplano también se ve obligado a cazar de día a plena luz. Es muy notable que sus pariente cercano, el Búho de Virginia, y otros Búhos europeos por las condiciones climáticas en las que viven, deshielan las presas congeladas incubándolas como si fueran huevos. No construye nidos y aprovecha depresiones rocosas en acantilados, huecos de tronco de árboles y nidos en desuso de Peucos y Aguiluchos.  Se le ha visto utilizar nidos todavía en uso de Cotorras, debe ser divertido verlo, se me ocurre como en un edificio de departamentos en el que los bajos son ocupados por las dicharacheras y ruidosas Cotorras, cuando en los altos habita el parsimonioso y tranquilo Señor Tucúquere. También suele ocupar depresiones y cuevas existentes en el suelo. Pone dos o tres huevos enteramente blancos y esféricos y el período de incubación es de 35 días. Cerca del nido puede tornarse muy agresivos, pudiendo ser incluso peligrosos, cuando se ve acorralado adopta una posición defensiva para verse más grande, en tal ocasión se engrifa con las alas abiertas y con la cabeza gacha. 

EnlaceTUCÚQUERE
1. ANIMAL, Dorling Kindersley. 
2. AVES ARGENTINAS, Tito Narosky y Marcelo Ruda Vega. 
3. AVES DE CHILE, Álvaro Jramillo, obra citada en bibliografía. 
4. AVES DEL MUNDO, Colin Harrison y Alan Greensmith. 
5. AVES DEL MUNDO, Sophie Napier, T.E.B. Taylor, Richard Betts, Vicki Harris, Jill Dorman y Charlotte de Grey. 
6. AVES RAPACES DE CHILE, Andrés Muñoz Pedreros, Jaime Rau Acuña y José Yañez Valenzuela, obra citada en bibliografía. 
7. AVES TORRES DEL PAINE, GUÍA DE CAMPO, Enrique Couve y Claudio Vidal, obra citada en bibliografía. 
8. BIRDS OF PATAGONIA, TIERRA DEL FUEGO & ANTARCTIC PENINSULA, Enrique Couve y Claudio Vidal, obra citada en bibliografía. 
9. ENCICLOPEDIA DE LOS ANIMALES, AVES, Joseph Forshaw. 
10. GUIA DE CAMPO COLLINS, AVES DE SUDAMÉRICA, Jorge Rodríguez Mata, Francisco Erize y Maurice Rumboll, obra citada en bibliografía. 
11. GUÍA DEL OBSERVADOR DE AVES, UNA GUÍA NATURAL DE LAS OBRAS DE EUROPA, Paul R. Ehrlich, David S. Dobkin, Darryl Wheye y Stuart L. Pimm, obra citada en bibliografía. 
12. GUÍA MULTI-ÉTNICA DE AVES DE LOS BOSQUES TEMPLADOS DE SUDAMÉRICA AUSTRAL, Ricardo Rozzi, obra citada en bibliografía. 
13. GUIA PARA LA IDENTIFICACIÓN DE LAS AVES DE ARGENTINA Y URUGUAY, Tito Narosky y Darío Yzurieta. 
14. LAS AVES DE CHILE NUEVA GUÍA DE CAMPO, Daniel Martínez Piña y Gonzalo González Cifuentes, obra citada en bibliografía. 
15. PÁJAROS DEL MUNDO, Rupert O. Matthews.
16. NUEVA GUÍA DE LAS AVES ARGENTINAS, Marcelo Canevari, Pablo Canevari, Gustavo Rodolfo Carrizo, Guillermo Harris, Jorge Rodríguez Mata y Roberto J. Straneck.